20 febrero 2011

Melancolia


Cuántas veces nos salvó el pudor. Y mis ganas de siempre buscarte pedacito de amor delirante colgado de tu cuello un sábado de lluvia a las 5 de la tarde. Sabe Dios cómo me cuesta dejarte. Y te miro mientras duermes, más no voy a despertarte. Es que hoy se me agotó la esperanza. Porque con los que nos queda de nosotros ya no alcanza.
Eres lo que más he querido en la vida Lo que más he querido.
Cuántas veces quise hacerlo bien. Y pequé por hablar demasiado. No saber dónde, cómo ni cuándo. Todos estos años caminando juntos ahora no parecen tantos. Sabe Dios todo el amor que juras. Pero hoy nada es lo mismo ya no vamos a engañarnos. Que soy una mujer en el mundo que hizo todo lo que pudo. No te olvides ni un segundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todos los hombres son un sorete con patas