Una primavera llegaste a mi vida,
esta simple historia en amor se convertía,
Me miraste fijamente y no pude resistirme,
eras aquella persona que me hacia invencible,
Y así llego como el rocío de esa mañana un gran querer,
que poco a poco me ilusionaba
y ya no sé como aquella historia termino.
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Todos los hombres son un sorete con patas